La autonomía universitaria en el siglo XXI
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Resumen
La declaración de Lima aprobada por la UDUAL el 26 de noviembre de 2010 estableció que los objetivos de la autonomía universitaria son los siguientes: 1 . Gobierno de la universidad por sí misma. 2. Realización de sus fines de educación, investigación y cultura. 3 . Respeto de su libertad de cátedra. 4. Respeto de su libertad de investigación. 5. Respeto del libre examen. 6. Respeto de la libre discusión de las ideas. 7. Libertad universitaria para determinar sus planes y programas. 8. Libertad para fijar los términos de ingreso, promoción y permanencia del personal académico. 9. Libertad de administrarse a sí misma, considerado esto en términos económicos amplios. Originalmente la autonomía universitaria fue un instrumento de autogobierno enarbolado contra el poder del Estado y, específicamente, contra el de sus aparatos represivos. Desde el punto de vista social, se la enfiló contra los grupos aristocráticos primero y, un poco más tarde, contra los poderes plutocráticos que trataron de influenciar a la universidad. Desde luego, tratamos aquí de la autonomía de las universidades propiamente dichas, entendidas como corporaciones de profesores y alumnos asistidos por administradores que cultivan, desarrollan y transmiten el conocimiento propio de los centros de enseñanza superior. No estamos tratando de la universidad bajo forma empresarial que es y se comporta como una empresa y no como una universidad. No insistiremos más en esta aclaración pero estará siempre presente. La autonomía universitaria fue enarbolada para realizar los fines que hemos transcrito de la Declaración de Lima y que mantenemos vigentes pero, si nos proyectamos hacia adelante en el siglo XXI, el entorno y los medios de la universidad tienen cambios importantes que van a influir en nuestra manera de ver la autonomía.