Presentación
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Resumen
La exclusión de una educación de calidad y de canales de inserción en los grupos directivos de la sociedad, ya sea a través del mercado y/o del gobierno, determina un patrón reproductivo de la desigualdad. La formación de elites profesionales se han iniciado de la educación formal pre-universitaria, atendiendo al nivel de recursos y el capital cultural acumulado en ciertos grupos sociales, pero se acusa en la selectividad de modelos culturales y capital social incrementado en la formación universitaria. Elegir universidad, en tanto modelo de sociabilidad, determina las trayectorias de éxito en la sociedad del conocimiento y los puestos estratégicos del mercado y la dirección política de los países. Las herramientas y recursos de una educación globalizada, dada por la dotación de infraestructura, habilidades tecnológicas, lingüísticas y comunicativas marcan diferencias que segmentan inter-generacionalmente a grupos de menores recursos. Sin embargo, la idea de construir una sociedad del conocimiento basada en el aprendizaje, en una escala social incluyente, es condición necesaria para generar una economía dinámica y una sociedad del aprendizaje que abra cauce a la creatividad, el bienestar y un nuevo sentido de la dignidad, como sostienen Stiglitz y Greenwald